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Historias en 3 minutos

Un H2Ogar sobre el agua

Por: Erika LlamH2Osa Durán

Gabriel y Yaya nacieron y crecieron en “El azulado”, un pequeño pueblo en medio de ocH2O montañas majestuosas. Allí, en donde el sol brilla casi con la intensidad  de una H2Oguera y la lluvia suena tan melodiosa y conmovedora, casi como una obra de CH2Opin.

Cuando aún eran niños, en un día soleado y con mucha brisa, coincidieron. En medio de risas y desde ese momento, descubrieron mirando el H2Orizonte que, juntos podrían construir una historia. Pasaron los años y su amistad cada día era más fuerte y divertida. Siempre estaba repleta de hazañas por vivir y por contar. Después de la escuela, solían compartir un helado o un cH2Olado en la plaza del pueblo, caminaban y descubrían nuevos pasajes, disfrutaban del olor de las flores desH2Ojadas y el sonido de las H2Ojas secas sobre suelo que con sus pasos se quebraran; tan rápido se les pasaba el tiempo que compartían juntos, que hasta los búH2Os los sorprendían al caer la noche, y en ese momento era cuando Yaya y Gabriel sabían que era H2Ora de regresar a casa.

En una de aquellas tardes de aventuras, llegaron a un lugar donde nunca antes habían estado; un pequeño pero al parecer H2Oondo lago en medio de las ocH2O montañas , donde se filtraba el sol y resonaba el viento, entre los helecH2Os y los árboles.

Allí, no se sentía tanto movimiento, pero si una inmensa paz. Era un lugar, en el cual sobrevolaban H2Ordas de pájaros de colores vibrantes y cantos únicos, donde las flores se estremecían H2Olgadas en medio de delicadeza y al ritmo de la brisa. Un lugar con suelo firme, que les hizo soñar por un momento, que allí podría florecer una nueva versión de la vida. De sus vidas.

A ese lindo lugar, Gabriel y Yaya volverían cientos de veces, explorando cada centímetro de sus hectáreas, sintiéndolo y convirtiéndolo rápidamente en su lugar favorito, en un segundo H2Ogar, en quizá un futuro tecH2O, uno dispuesto y destinado para ellos.

Los animales que habitaban aquel espacio, empezaron a familiarizarse con sus constantes visitas, y solían acompañarlos durante sus largas caminatas.  Solo faltaba algo, un nombre para cada uno de ellos, y es así como los dos perros serían: Flaco y PacH2O, una vaca café con blanco sería: H2Olanda, un caballo color bronce sería: CH2Onto y una lorita tricolor sería: CH2Ontadura.

Poco a poco se hicieron grandes. Ya no eran estudiantes, aH2Ora trabajaban como H2Ormiguitas, aprendieron a vivir de la tierra sin aH2Orrar esfuerzos, como tradicionalmente lo hacían sus familias, sembraban para cosechar y recoger.

Vendían sus productos a los supermercados de “El azulado” y destinaban los fines de semana para visitar su lugar encantado.

Con el paso del tiempo, descubrieron que su gran amistad, era también la confirmación de un gran amor, el verdadero y el único, ese que dos niños soñadores construyeron a través del tiempo y aventuras. Y es así como, deciden conformar una familia, construir H2Ombro a H2Ombro su historia y su hogar desde los cimientos. Y como amaban ese mágico espacio que habían descubierto juntos, planearon como darle inicio a una vida sostenible allí, apoyándose en el conocimiento sobre la tierra y la naturaleza que tenían dadas sus tradiciones.

Empezaron por construir una lancha que los conectaría directamente con “El Azulado”, en ella atravesarían el pequeño y H2Ondo lago para llegar a tierra firme. Reunieron materiales, como madera tierra y corcH2O para cimentar su casa, una casita que estaría rodeada de agua y de todas las cualidades de ese hermoso lugar. Dispondrían de una gran huerta para alimentarse de las deliciosas H2Ortalizas que allí crecerían y también aprovecharían para venderlas . Sembrarían lechugas, zanaH2Orias, remolachas, alcacH2Ofas y mucH2Os más alimentos sanos y orgánicos.

Después de construida su casa, instalaron en su interior un H2Orno de leña para H2Ornear exquisitos HH2Ojaldres y bizcH2Ochos rellenos de fruta, construyeron un cH2Orro de agua natural sobre una roca que yacía al interior de su H2Ogar, fabricaron una pequeña chimenea en la cual prepararían la H2Oguera para hacer a diario un cH2Ocolate. Colgaron una hamaca para contemplar el H2Orizonte y los atardeceres. En conclusión, ¡eran inmensamente felices!

Pronto, Yaya estaría esperando su primer bebé, un niño al que llamarían: Joaquín. Este pequeño niño llegó para reafirmar la unión y nutrir el amor. Para habitar ese lugar, engrandeciendo aún más la magia en él.  Joaquín aprendería y disfrutaría cada experiencia vivida en ese lindo tecH2O sobre el agua y se convertiría en el mejor maestro de María Paz, su hermana que llegaría ocH2O años después.

Gabriel, Yaya, Joaquín, María Paz, sus productos agrícolas y sus animales hacían que aquel lugar ya fuese reconocido por todos los habitantes de “El Azulado”. Incluso por turistas, que curiosos y admirados escuchaban la linda historia de aquella gran familia que nació y floreció allí. En ese único lugar en el mundo, en un H2Ogar sobre el agua.

 

 

 

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